sábado, 12 de mayo de 2012

Sesión 10

La prevención del acoso escolar es relevante con el objetivo de reconocerlo lo antes posible, para posibilitar la solución adecuada lo antes posible. Para ello, podríamos:
Creación y difusión de estructuras y recursos para recibir denuncias, reclamaciones y quejas: buzón de sugerencias, teléfono amigo, comisión antibullying
Formación del profesorado en el manejo de conflictos y en la enseñanza de habilidades de interacción personal y social.
Formación del alumnado en habilidades que le permitan interactuar de forma adecuada (escucha activa, defensa asertiva de opiniones, peticiones, rechazos…)
Crear comisiones de alumnos que se impliquen en el desarrollo de la convivencia positiva en el centro, con representantes de todos los niveles.
Implicar a los padres para que participen en las estructuras y medidas de mejora de la convivencia del centro.
Es necesario prevenir este tipo de violencia entre los escolares, según Vicente Garrido Genovés, nos indica algunas de las causas de la presencia en la escuela, de comportamientos violentos e indisciplina:
Pérdida de capacidad socializadora de la familia
El cambio sociodemográfico vertiginoso en el alumnado
Falta de recursos económicos y humanos
Necesidad de formación del profesorado frente a la nueva realidad
Pérdida de la “cultura del esfuerzo”

Mª José Díaz Aguado marca una serie de condiciones para prevenir toda forma de violencia, incluido el acoso escolar:
Adaptar la educación a los actuales cambios sociales, desarrollando la colaboración a múltiples niveles.
Para lo cual hay que llevar a cabo importantes innovaciones educativas tanto en la familia como en la escuela: redefiniendo los papeles a partir de los cuales se estructura la interacción educativa, dando a los adolescentes un papel más activo en su propia educación, y poniendo en marcha nuevos esquemas de colaboración entre ambas instituciones así como con el resto de la sociedad.

Reconocer las múltiples condiciones de riesgo de violencia

Entre las condiciones de riesgo detectadas en los estudios científicos, y que suelen verse reflejadas en la mayoría de los casos de violencia escolar, cabe destacar: la exclusión social o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites, la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación, la integración en bandas identificadas con la violencia, la facilidad para disponer de armas y la justificación de la violencia en la sociedad en la que se producen. Y faltan condiciones que hubieran podido proteger de dichos riesgos; como: modelos sociales positivos y solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de ocio y grupos de pertenencia constructivos, o adultos disponibles y atentos para ayudar. La prevención de la violencia debería situarse en todos estos niveles, reduciendo las condiciones de riesgo e incrementando las condiciones de protección.
Mejorar el vínculo educativo y erradicar situaciones de exclusión desarrollando el "empowerment"

Los estudios sobre el origen de la violencia llevan a destacar la falta de calidad del vínculo educativo como una de sus principales causas. Para prevenirla desde la escuela es imprescindible que el profesorado desarrolle su poder de referencia así como distribuir el protagonismo académico entre el alumnado. Para incrementar con ello lo que suele denominarse en distintos foros internacionales como empowerment. La escuela debe promoverlo favoreciendo que cada alumno/a defina y desarrolle sus propios proyectos escolares.
Desarrollar alternativas a la violencia reactiva e instrumental y romper la conspiración del silencio sobre la violencia escolar

Para prevenir la violencia conviene diferenciar la que se produce de forma reactiva de la que se utiliza como un medio.
La violencia reactiva es como una explosión, que surge cuando se experimenta un nivel de tensión o de dificultad que supera la capacidad de la persona (o del grupo) para afrontarlo de otra manera. Origina más violencia al aumentar a medio plazo la crispación que la provocó; y cuando se refuerza por permitir obtener a corto plazo determinados objetivos, pudiéndose convertir así en violencia instrumental, sobre todo si se justifica y si se carece de alternativas para lograrlos de otra forma. En función de lo cual se deducen dos importantes principios de prevención de la violencia reactiva:
1) desarrollar alternativas en el sistema (estableciendo cauces) y en los individuos (desarrollando habilidades) para expresar la tensión y la dificultad de forma constructiva, sin recurrir a la violencia;
2) y reducir los altos niveles de tensión y dificultad que viven determinados colectivos.
Las personas que utilizan la violencia instrumental, para alcanzar sus objetivos, suelen justificarla, dándole apariencia de legitimidad . Este tipo de violencia tiende a perpetuarse al impedir desarrollar otros procedimientos más complejos para conseguir lo que se pretende y al producir un alto nivel de crispación, provocando una serie de reacciones de violencia que contribuyen a legitimarla. Para prevenirla conviene:
1) enseñar a condenarla, que nunca está justificada la utilización de la violencia;
2) y desarrollar alternativas (en los sistemas y en los individuos) para resolver los conflictos sin recurrir a la violencia.
Favorecer una representación de la violencia que ayude a combatirla al reconocerla como la antítesis de la justicia
 Para favorecer el rechazo general a toda forma de violencia conviene insertarlo en un contexto más amplio: los derechos humanos, estimulando el desarrollo de: 1) la capacidad para ponerse en el lugar del otro, motor básico de todo el desarrollo socio - emocional y que en sus niveles más evolucionados se extiende a todos los seres humanos; 2) y la comprensión de los derechos universales y la capacidad de usar dicha comprensión en las propias decisiones morales, coordinando dichos derechos con el deber de respetarlos.

Educar para la tolerancia y prevenir el racismo y la xenofobia

Conviene tener en cuenta también la relación que suele observarse entre violencia y la forma tradicional de tratar la diversidad en la escuela tradicional, haciendo como si no existiera. Problema que puede explicar su escasa sensibilidad para combatir el acoso racista (humillaciones, generalmente verbales, asociadas a su identidad), que tienen alto riesgo de sufrir los alumnos de minorías étnicas, especialmente si están en desventaja académica o socioeconómica; problema que suele ser muy difícil de detectar para el profesorado y que, casi siempre, va más allá de las puertas de la escuela. Para prevenirlo, es preciso incluir el tratamiento del racismo en el currículum, dentro de programas globales que proporcionen experiencias de igualdad y ayuden a erradicar la exclusión.

Prevenir el sexismo construyendo la igualdad

Para superar el sexismo y la violencia con la que se relaciona es preciso crear las condiciones que nos permitan aspirar a la totalidad de los valores, haciendo posible que nadie tenga que identificarse con problemas como el control absoluto o la sumisión.
Incrementar la eficacia educativa de la disciplina para enseñar a respetar límites
Para mejorar la eficacia educativa de las medidas disciplinarias en la prevención de la violencia, conviene tener en cuenta que:
1.-Uno de los objetivos de la disciplina es enseñar a respetar ciertos límites.
2.-La impunidad ante la violencia genera más violencia.
3.-La sanción debe contribuir a diferenciar entre agresores y víctimas, superando distorsiones.
4.-La disciplina debe favorecer cambios cognitivos, emocionales y conductuales en la dirección de los objetivos educativos y estimulando la capacidad de adopción de perspectivas
5.-El respeto a los límites mejora cuando se aprenden habilidades no violentas de resolución de conflictos.
La colaboración entre la escuela, la familia y el resto de la sociedad
Para lo cual es preciso establecer nuevos esquemas de colaboración basados en el respeto mutuo (respecto al papel que cada agente educativo desempeña), orientando la colaboración hacia la búsqueda conjunta de soluciones para afrontar mejor un problema compartido: adaptar la educación a las exigencias de una sociedad en la que las dos principales instituciones educativas, caracterizadas hasta ahora por su aislamiento, ya no están ni pueden estar aisladas.
 Poner a disposición del profesorado los medios que permitan adaptar la escuela a una situación nueva
Para llevar a la práctica los principios anteriormente expuestos es preciso desarrollar las condiciones que permitan a los profesores llevarlas a cabo. Conviene tener en cuenta en este sentido la necesidad de apoyarles, facilitando que adquieran las habilidades necesarias para conseguirlo y creando condiciones que posibiliten la cooperación entre profesores; sin caer en la frecuente tendencia a sobrevalorar las posibilidades de los profesores para desarrollar objetivos muy complejos sin los medios necesarios, ni en la tendencia contraria, infravalorando la capacidad de unos profesionales para adquirir las habilidades necesarias que permitan adaptar la educación a las exigencias de la situación actual.

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